viernes, 13 de marzo de 2015

Las ocho características cualitativas de las iglesias en crecimiento





Observe el siguiente dibujo.

En él, usted ve un carro con cuatro ruedas cuadradas transportando un montón de ruedas perfectamente redondas y sumamente funcionales. Del carro están empujando y tirando dos personas que demuestran gran dedicación, pero que seguramente son conscientes de que su trabajo avanza sumamente despacio, lo cual resulta bastante frustrante.

Para mí, este dibujo es más que una simple caricatura. De hecho, es casi una descripción profética de un estado bastante extendido en muchas partes de la iglesia de Jesucristo. Aunque la iglesia está avanzando, todo está ocurriendo sumamente despacio. ¿Por qué es esto así? Si usted preguntara a las dos personas del dibujo, una podría contestarle: «Porque un viento muy fuerte sopla en contra nuestra», mientras que la otra quizás añadiera: «Porque tenemos que subir el carro por una cuesta muy empinada.»

Ahora nadie niega que, en muchos casos, tales respuestas no son del todo equivocadas. De vez en cuando, nosotros los cristianos realmente sentimos que el viento sopla en nuestra contra, y a veces el camino de la iglesia se hace bastante cuesta arriba. Pero el dibujo revela que estas circunstancias no son el auténtico problema. Aunque las circunstancias que rodean la iglesia fueran muy favorables, el auténtico problema seguiría existiendo.

Esta parábola ilustra algo esencial. Todo lo que necesitamos para ver crecer la iglesia ya ha sido provisto por Dios. El problema es que no hacemos uso de ello. En vez de utilizar

las herramientas que Dios nos ha dado, tratamos de empujar y tirar de la iglesia con nuestras propias fuerzas.

Y quizás incluso pensamos que usar «ruedas cuadradas» es algo especialmente espiritual.

«Si le entiendo correctamente», podría contestar usted, «lo importante aquí es tomar esas ruedas redondas que han sido provistas de forma tan abundante en la iglesia y ponerlas donde corresponden de acuerdo con el plan de Dios.»

«Exactamente. Y lo realmente emocionante es que, hablando en sentido figurado, hay muchas ruedas redondas que ya existen en la iglesia. La diferencia es que algunas iglesias las utilizan, y otras no.»



Las ocho características cualitativas de las iglesias en crecimiento

«¿Qué podríamos hacer para ver a nuestra iglesia progresar mejor?» La respuesta es: ¡Contribuya a que cada una de estas ocho características se desarrolle más plenamente en su iglesia! Ninguna iglesia que quiere crecer puede descuidar ni siquiera una sola de estas características cualitativas.


Característica 1: Liderazgo capacitador.

Por favor, observe que nuestra primera característica cualitativa no se denomina liderazgo «capacitado» sino «capacitador». Déjeme explicar la diferencia. «Liderazgo capacitado» podría significar que hay un líder que es muy brillante, tiene muchos dones y una gran visión de futuro. Y este líder necesita voluntarios que le ayuden a convertir su visión en realidad.

Fuera del ámbito cristiano, este concepto a veces se conoce como «gurú-liderazgo». Pero también se pueden encontrar modelos similares en iglesias cristianas. Algunos incluso defienden este concepto como un principio de crecimiento especialmente eficaz aquí está el gurú-líder con su gran visión, allí el resto de la membresía que sirve de buena gana a su poderoso líder para realizar los sueños de su vida.

Nuestro estudio muestra, sin embargo, que esto no podría estar más lejos de la verdad. Los líderes de iglesias en crecimiento no tratan de aumentar su propio poder para convertirse en todopoderosos. Justamente lo contrario. Ellos consideran como una de sus labores más importantes el ayudar a los cristianos a desarrollar mayores niveles de responsabilidad según el plan de Dios. Ellos equipan, apoyan, motivan y aconsejan a los individuos para que se conviertan en todo lo que Dios quiere que sean.

Algunos de estos cristianos pueden ser incluso guiados para ir por un camino muy diferente del de sus líderes. Pero los líderes capacitadores pueden regocijarse de todo corazón porque ellos saben que Dios tiene un llamamiento único para cada individuo.

Lo que resulta interesante es que la mayoría de los pastores que alcanzaron las puntuaciones más altas en nuestra encuesta son apenas conocidos fuera de su ámbito.

Y sin embargo, ellos nos proporcionan principios básicos de liderazgo más útiles que la mayoría de las «superestrellas» espirituales mundialmente famosas. Los líderes de las iglesias en crecimiento no tienen por qué ser superestrellas. De hecho, el modelo superestrella puede ser un obstáculo para el crecimiento de la iglesia. Dios generalmente no lleva a cabo sus planes a través de estrellas superdotadas. Si alguien desempeña este papel, es generalmente un indicio seguro de que algo no va bien en esta iglesia.

Característica 2: Ministerio según dones.

La base para nuestra segunda característica cualitativa es la convicción de que Dios ya ha decidido qué cristiano debería asumir mejor qué ministerios en la iglesia. La función del liderazgo de la iglesia es ayudar a sus miembros a identificar sus dones e integrarlos en los ministerios que se correspondan con sus dones. Este principio suena bastante simple, pero su aplicación práctica tendrá unas implicaciones enormes en todas las áreas de la vida de la iglesia.

Cuando usted vive según sus dones espirituales ya no trabaja con sus propias fuerzas, sino que el Espíritu Santo trabaja en usted. De esta forma, aunque usted sea «sólo una persona normal» puede lograr, en el sentido literal de la palabra, cosas extraordinarias.

La mayoría de los cristianos o bien no participan en ningún ministerio o trabajan en uno que no se corresponde con sus dones. Por otra parte, un 80 por ciento de todos los cristianos que encuestamos en la Europa de habla alemana no podía ni siquiera identificar sus dones. ¡Esto es increíble! ¿Se acuerda del carro con las ruedas cuadradas? Una persona que adopta un ministerio que no se corresponde con sus dones se parece a una de estas ruedas cuadradas. ¿Y un cristiano que no tiene ninguna labor en la iglesia? Tal persona se parece a una de esas muchas ruedas redondas en el carro.

Usted probablemente se puede imaginar cómo es un cristiano que en efecto trabaja en un ministerio que se corresponde con sus dones. No es sorprendente que la aplicación práctica de este principio tenga unos resultados tan espectaculares para el crecimiento de la iglesia.



Uno de los resultados más interesantes es el descubrimiento de que no hay factor que influya más en el sentimiento de gozo al vivir la vida cristiana que vivirla conforme a nuestros dones espirituales. Mi propia experiencia confirma esta conclusión. Desde que he empezado a moldear mi ministerio en consonancia con mis dones he experimentado do efectos: primero, soy más feliz; segundo, soy más eficiente.


Característica 3: Espiritualidad ferviente

El nombre de esta característica cualitativa le puede parecer un poco abstracto, pero forma parte de la naturaleza de las cosas. Por lo que respecta al crecimiento de la iglesia, no es la forma en la que ésta sea expresada, sino el hecho de que la fe sea vivido realmente con compromiso, pasión y entusiasmo. Ha quedado comprobado que el grado de fervor espiritual es el aspecto que diferencia las iglesias en crecimiento de las que no crecen.

Esta característica cualitativa también demuestra que los métodos que utiliza una iglesia son en realidad un aspecto secundario. Una iglesia que vive su fe con fervor espiritual experimentará éxito con muchos métodos distintos.








Por el contrario, en las iglesias en las que este aspecto está ausente, los mejores métodos no lograrán nada. ¿De qué vale el motor más moderno cuándo el depósito de gasolina está vacío?

Por desgracia, nosotros los cristianos a menudo nos inventamos estrategias que acaban estrangulando este fervor espiritual de la iglesia


Característica 4: Estructuras funcionales

El criterio más importante para las formas y las estructuras en la iglesia es si cumplen su cometido o no. Las estructuras de la iglesia no son nunca un fin en sí mismas, sino sólo un medio para un fin. Todo lo que no esté a la altura de este requisito (por ej. estructuras de liderazgo degradantes, horarios de culto poco apropiados, o programas que no llegan a su audiencia de forma efectiva) se cambia o se desecha. A través de este proceso de auto renovación las rutinas tradicionalistas se pueden evitar en gran medida.

Entonces, ¿de dónde viene la resistencia a este principio? Es simplemente el resultado de la tendencia de las personas a volverse más y más tradicionales a lo largo de la vida. El tradicionalismo implica que las formas de la iglesia tienen que permanecer tal cual las hemos conocido. No es casualidad que el tradicionalismo sea un factor que muestra una de las correlaciones negativas más significativas con el crecimiento de la iglesia.

Característica 5: Culto inspirador.

Probablemente no existe otra área de la vida de la iglesia donde se infrinja con más frecuencia la distinción entre modelos y principios como en la del culto.

Muchísimos cristianos creen que deben adoptar ciertos modelos de culto de otras iglesias porque supuestamente éstos representan un principio de crecimiento de la iglesia.

Pero nuestro estudio indica que la cuestión no es si nuestros cultos están dirigidos a creyentes o no creyentes; si se celebran con un lenguaje «espiritualizado» o empleando uno más cotidiano; si alabamos utilizando una liturgia determinada o lo hacemos de una manera más espontánea.

Se puede demostrar que éstos sencillamente no son factores decisivos para el crecimiento de la iglesia.

En cambio, el criterio clave es otro: ¿Es el culto una experiencia inspiradora para aquéllos que acuden a él? Este es el área que claramente separa las iglesias en crecimiento de las que no crecen. Las personas que acuden a cultos inspiradores afirman unánimemente que el culto «les ha gustado» aunque algunos cristianos consideren que evaluar los cultos según este criterio sea una herejía.

Ahora es bastante evidente de dónde viene la mayor oposición a esta característica cualitativa: de los cristianos que van al culto para cumplir con un deber cristiano. Ellos no acuden a la iglesia porque es una experiencia tan maravillosa que no se la perderían por nada, sino para hacer a Dios (o al pastor, o a alguna otra persona) un favor.

Algunos incluso creen que su «lealtad» al soportar pacientemente una experiencia desagradable es bendecida por Dios.

Cuando comparto el ejemplo del carro con las ruedas cuadradas con grupos que están condicionados por tal manera de pensar, generalmente no ven nada de gracioso en esto. Para ellos, actuar como los dos hombres del dibujo es algo bastante normal, quizás incluso espiritual.

¿Puede ver la conexión?

Característica cualitativa 6: Células integrales

Las iglesias que crecen han desarrollado un sistema de grupos pequeños donde los cristianos individuales pueden encontrar íntima comunión, ayuda práctica y una profunda interacción espiritual. Todos estos elementos cobran importancia a la luz de una visión integral (y bíblica) del ser humano. En estos grupos las personas no sólo hablan de textos de la Biblia o escuchan interesantes explicaciones de expertos, sino que aplican enfoques bíblicos a los asuntos cotidianos de los participantes.

En uno de mis seminarios compartí una vez la historia de la iglesia más grande del mundo en Seúl (Corea), que por aquel entonces tenía medio millón de miembros. Una de las participantes respondió inmediatamente que no se podía imaginar llegar a ser miembro de una iglesia como aquélla. Cuando le pregunté por qué pensaba así, ella dijo: «Bueno, no podría soportar el anonimato. Necesito el ambiente familiar de las personas que conozco bien.»

No mucho tiempo después, conocí a un pastor de aquella iglesia y le pregunté cómo hacían frente al problema del anonimato. El se mostró bastante sorprendido: «¿Anonimato? Nunca nadie se ha quejado de eso en nuestra iglesia.» Después, él se dispuso a contarme cómo esta iglesia ha desarrollado un sistema de células independientes de hasta doce miembros y cómo la mayoría de los miembros de esta iglesia están integrados en este sistema.

Sí claro, Corea está muy lejos, y hacer frente a más de medio millón de miembros con eficacia no es nuestro problema aquí. Pero nuestra investigación muestra que el principio en el que se basa esta iglesia coreana tiene validez universal. Los grupos pequeños no son un bonito pasatiempo del que se pueda prescindir. Lo que se desarrolla en los grupos pequeños es la esencia misma de la verdadera vida de la iglesia de Jesucristo.

Característica 7: Evangelismo según las necesidades

No requiere un proyecto de investigación a escala mundial el convencer a la gente de que el crecimiento de la iglesia es inconcebible sin evangelismo. ¿De qué otra forma va a crecer la iglesia si no es a través del proceso de compartir el evangelio para atraer cada vez a más personas a la iglesia de Jesucristo? Este proceso generalmente recibe el nombre de «evangelismo».

Así que la pregunta interesante no es si el evangelismo es necesario, sino si se puede demostrar que su práctica contribuye al crecimiento de la iglesia. Hay gente que piensa que el evangelismo funciona mejor cuando se presiona a las personas a entregar su vida



a Jesucristo. ¡Ellos ni siquiera descartan usar métodos manipuladores para alcanzar este objetivo! Con razón, muchos de nosotros sentimos una extraña sensación en el estómago cuando oímos la palabra «evangelismo».

Pero se puede demostrar que los métodos manipuladores «agresivos» representan justo lo contrario de la práctica que aprendemos de las iglesias que crecen. Su secreto es que comparten el evangelio de una forma que responde a las verdaderas preguntas y necesidades de los no creyentes.


Característica 8: Relaciones afectivas

No sé lo que usted piensa del término «coeficiente afectivo», pero una cosa está clara. Las iglesias en crecimiento manifiestan un «coeficiente afectivo» perceptiblemente más alto que las que están estancadas o en decrecimiento.

Por ejemplo, preguntamos cuánto tiempo pasan unos miembros con otros fuera de las actividades de la iglesia. ¿Con cuánta frecuencia se invitan unos a otros a comer o a tomar un café? ¿Qué generosidad muestra la iglesia a la hora de hacer elogios? ¿Cuánto se ríe en la iglesia? ¿Cuáles fueron los resultados?
Todos estos puntos y bastantes más guardan una estrecha correlación con el crecimiento de la iglesia.

¿Le asombra esto? El amor sincero y práctico dota a una iglesia de un poder magnético mucho mayor que el de todos los esfuerzos de marketing del mundo entero. En el mejor de los casos, promocionar a las iglesias con técnicas de marketing se puede comparar a las flores artificiales. Éstas pueden parecer engañosamente reales, pero no tienen olor. Sin embargo, el amor auténtico esparce esa misteriosa fragancia que pocos pueden resistir.


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