Las ocho características cualitativas de
las iglesias en crecimiento
Observe el siguiente dibujo.
En él, usted ve un carro con cuatro ruedas
cuadradas transportando un montón de ruedas perfectamente redondas y sumamente
funcionales. Del carro están empujando y tirando dos personas que demuestran gran
dedicación, pero que seguramente son conscientes de que su trabajo avanza
sumamente despacio, lo cual resulta bastante frustrante.
Para mí, este dibujo es más que una simple
caricatura. De hecho, es casi una descripción profética de un estado bastante
extendido en muchas partes de la iglesia de Jesucristo. Aunque la iglesia está
avanzando, todo está ocurriendo sumamente despacio. ¿Por qué es esto así? Si
usted preguntara a las dos personas del dibujo, una podría contestarle: «Porque
un viento muy fuerte sopla en contra nuestra», mientras que la otra quizás
añadiera: «Porque tenemos que subir el carro por una cuesta muy empinada.»
Ahora nadie niega que, en muchos casos,
tales respuestas no son del todo equivocadas. De vez en cuando, nosotros los
cristianos realmente sentimos que el viento sopla en nuestra contra, y a veces
el camino de la iglesia se hace bastante cuesta arriba. Pero el dibujo revela
que estas circunstancias no son el auténtico problema. Aunque las
circunstancias que rodean la iglesia fueran muy favorables, el auténtico
problema seguiría existiendo.
Esta parábola ilustra algo esencial. Todo
lo que necesitamos para ver crecer la iglesia ya ha sido provisto por Dios. El
problema es que no hacemos uso de ello. En vez de utilizar
las herramientas que Dios nos ha dado,
tratamos de empujar y tirar de la iglesia con nuestras propias fuerzas.
Y quizás incluso pensamos que usar «ruedas
cuadradas» es algo especialmente espiritual.
«Si le entiendo correctamente», podría
contestar usted, «lo importante aquí es tomar esas ruedas redondas que han sido
provistas de forma tan abundante en la iglesia y ponerlas donde corresponden de
acuerdo con el plan de Dios.»
«Exactamente. Y lo realmente emocionante
es que, hablando en sentido figurado, hay muchas ruedas redondas que ya existen
en la iglesia. La diferencia es que algunas iglesias las utilizan, y otras no.»
Las ocho características cualitativas de
las iglesias en crecimiento
«¿Qué podríamos hacer para ver a nuestra
iglesia progresar mejor?» La respuesta es: ¡Contribuya a que cada una de estas
ocho características se desarrolle más plenamente en su iglesia! Ninguna
iglesia que quiere crecer puede descuidar ni siquiera una sola de estas
características cualitativas.
Por favor, observe que nuestra primera característica
cualitativa no se denomina liderazgo «capacitado» sino «capacitador». Déjeme
explicar la diferencia. «Liderazgo capacitado» podría significar que hay un
líder que es muy brillante, tiene muchos dones y una gran visión de futuro. Y
este líder necesita voluntarios que le ayuden a convertir su visión en
realidad.
Fuera del ámbito cristiano, este concepto
a veces se conoce como «gurú-liderazgo». Pero también se pueden encontrar
modelos similares en iglesias cristianas. Algunos incluso defienden este
concepto como un principio de crecimiento especialmente eficaz aquí está el
gurú-líder con su gran visión, allí el resto de la membresía que sirve de buena
gana a su poderoso líder para realizar los sueños de su vida.
Nuestro
estudio muestra, sin embargo, que esto no podría estar más lejos de la verdad.
Los líderes de iglesias en crecimiento no tratan de aumentar su propio poder
para convertirse en todopoderosos. Justamente lo contrario. Ellos consideran
como una de sus labores más importantes el ayudar a los cristianos a
desarrollar mayores niveles de responsabilidad según el plan de Dios. Ellos
equipan, apoyan, motivan y aconsejan a los individuos para que se conviertan en
todo lo que Dios quiere que sean.
Algunos
de estos cristianos pueden ser incluso guiados para ir por un camino muy
diferente del de sus líderes. Pero los líderes capacitadores pueden regocijarse
de todo corazón porque ellos saben que Dios tiene un llamamiento único para
cada individuo.
Lo que resulta interesante es que la
mayoría de los pastores que alcanzaron las puntuaciones más altas en nuestra
encuesta son apenas conocidos fuera de su ámbito.
Y sin embargo, ellos nos proporcionan
principios básicos de liderazgo más útiles que la mayoría de las
«superestrellas» espirituales mundialmente famosas. Los líderes de las iglesias
en crecimiento no tienen por qué ser superestrellas. De hecho, el modelo superestrella
puede ser un obstáculo para el crecimiento de la iglesia. Dios generalmente no
lleva a cabo sus planes a través de estrellas superdotadas. Si alguien desempeña
este papel, es generalmente un indicio seguro de que algo no va bien en esta
iglesia.
Característica 2: Ministerio según dones.
La base para nuestra segunda
característica cualitativa es la convicción de que Dios ya ha decidido qué
cristiano debería asumir mejor qué ministerios en la iglesia. La función del
liderazgo de la iglesia es ayudar a sus miembros a identificar sus dones e
integrarlos en los ministerios que se correspondan con sus dones. Este
principio suena bastante simple, pero su aplicación práctica
tendrá unas implicaciones enormes en todas las áreas de la vida de la iglesia.
Cuando usted vive según sus dones
espirituales ya no trabaja con sus propias fuerzas, sino que el Espíritu Santo
trabaja en usted. De esta forma, aunque usted sea «sólo una persona normal»
puede lograr, en el sentido literal de la palabra, cosas extraordinarias.
La mayoría de los cristianos o bien no
participan en ningún ministerio o trabajan en uno que no se corresponde con sus
dones. Por otra parte, un 80 por ciento de todos los cristianos que encuestamos
en la Europa de habla alemana no podía ni siquiera identificar sus dones. ¡Esto
es increíble! ¿Se acuerda del carro con las ruedas cuadradas? Una persona que
adopta un ministerio que no se corresponde con sus dones se parece a una de
estas ruedas cuadradas. ¿Y un cristiano que no tiene ninguna labor en la iglesia?
Tal persona se parece a una de esas muchas ruedas redondas en el carro.
Usted probablemente se puede imaginar cómo
es un cristiano que en efecto trabaja en un ministerio que se corresponde con
sus dones. No es sorprendente que la aplicación práctica de este principio
tenga unos resultados tan espectaculares para el crecimiento de la iglesia.
Uno de los resultados más interesantes es
el descubrimiento de que no hay factor que influya más en el sentimiento de
gozo al vivir la vida cristiana que vivirla conforme a nuestros dones
espirituales. Mi propia experiencia confirma esta conclusión. Desde que he
empezado a moldear mi ministerio en consonancia con mis dones he experimentado do
efectos: primero, soy más feliz; segundo, soy más eficiente.
Característica 3: Espiritualidad
ferviente
El nombre de esta característica
cualitativa le puede parecer un poco abstracto, pero forma parte de la
naturaleza de las cosas. Por lo que respecta al crecimiento de la iglesia, no
es la forma en la que ésta sea expresada, sino el hecho de que la fe sea vivido
realmente con compromiso, pasión y entusiasmo. Ha quedado comprobado que el
grado de fervor espiritual es el aspecto que diferencia las iglesias en
crecimiento de las que no crecen.
Esta característica cualitativa también
demuestra que los métodos que utiliza una iglesia son en realidad un aspecto
secundario. Una iglesia que vive su fe con fervor espiritual experimentará
éxito con muchos métodos distintos.
Por el contrario, en las iglesias en las
que este aspecto está ausente, los mejores métodos no lograrán nada. ¿De qué
vale el motor más moderno cuándo el depósito de gasolina está vacío?
Por desgracia, nosotros los cristianos a
menudo nos inventamos estrategias que acaban estrangulando este fervor
espiritual de la iglesia
Característica 4: Estructuras
funcionales
El criterio más importante para las formas
y las estructuras en la iglesia es si cumplen su cometido o no. Las estructuras
de la iglesia no son nunca un fin en sí mismas, sino sólo un medio para un fin.
Todo lo que no esté a la altura de este requisito (por ej. estructuras de
liderazgo degradantes, horarios de culto poco apropiados, o programas que no
llegan a su audiencia de forma efectiva) se cambia o se desecha. A través de
este proceso de auto renovación las rutinas tradicionalistas se pueden evitar
en gran medida.
Entonces, ¿de dónde viene la resistencia a
este principio? Es simplemente el resultado de la tendencia de las personas a
volverse más y más tradicionales a lo largo de la vida. El tradicionalismo
implica que las formas de la iglesia tienen que permanecer tal cual las hemos
conocido. No es casualidad que el tradicionalismo sea un factor que muestra una
de las correlaciones negativas más significativas con el crecimiento de la
iglesia.
Probablemente no existe otra área de la
vida de la iglesia donde se infrinja con más frecuencia la distinción entre
modelos y principios como en la del culto.
Muchísimos cristianos creen que deben
adoptar ciertos modelos de culto de otras iglesias porque supuestamente éstos
representan un principio de crecimiento de la iglesia.
Pero nuestro estudio indica que la
cuestión no es si nuestros cultos están dirigidos a creyentes o no creyentes;
si se celebran con un lenguaje «espiritualizado» o empleando uno más cotidiano;
si alabamos utilizando una liturgia determinada o lo hacemos de una manera más
espontánea.
Se puede demostrar que éstos sencillamente
no son factores decisivos para el crecimiento de la iglesia.
En cambio, el criterio clave es otro: ¿Es
el culto una experiencia inspiradora para aquéllos que acuden a él? Este es el
área que claramente separa las iglesias en crecimiento de las que no crecen.
Las personas que acuden a cultos inspiradores afirman unánimemente que el culto
«les ha gustado» aunque algunos cristianos consideren que evaluar los cultos
según este criterio sea una herejía.
Ahora es bastante evidente de dónde viene
la mayor oposición a esta característica cualitativa: de los cristianos que van
al culto para cumplir con un deber cristiano. Ellos no acuden a la iglesia
porque es una experiencia tan maravillosa que no se la perderían por nada, sino
para hacer a Dios (o al pastor, o a alguna otra persona) un favor.
Algunos incluso creen que su «lealtad» al
soportar pacientemente una experiencia desagradable es bendecida por Dios.
Cuando comparto el ejemplo del carro con las
ruedas cuadradas con grupos que están condicionados por tal manera de pensar,
generalmente no ven nada de gracioso en esto. Para ellos, actuar como los dos
hombres del dibujo es algo bastante normal, quizás incluso espiritual.
¿Puede ver la conexión?
Característica cualitativa 6: Células integrales
Las iglesias que crecen han desarrollado
un sistema de grupos pequeños donde los cristianos individuales pueden
encontrar íntima comunión, ayuda práctica y una profunda interacción espiritual.
Todos estos elementos cobran importancia a la luz de una visión integral (y
bíblica) del ser humano. En estos grupos las personas no sólo hablan de textos
de la Biblia o escuchan interesantes explicaciones de expertos, sino que
aplican enfoques bíblicos a los asuntos cotidianos de los participantes.
En uno de mis seminarios compartí una vez
la historia de la iglesia más grande del mundo en Seúl (Corea), que por aquel
entonces tenía medio millón de miembros. Una de las participantes respondió inmediatamente
que no se podía imaginar llegar a ser miembro de una iglesia como aquélla.
Cuando le pregunté por qué pensaba así, ella dijo: «Bueno, no podría soportar
el anonimato. Necesito el ambiente familiar de las personas que conozco bien.»
No mucho tiempo después, conocí a un
pastor de aquella iglesia y le pregunté cómo hacían frente al problema del
anonimato. El se mostró bastante sorprendido: «¿Anonimato? Nunca nadie se ha
quejado de eso en nuestra iglesia.» Después, él se dispuso a contarme cómo esta
iglesia ha desarrollado un sistema de células independientes de hasta doce
miembros y cómo la mayoría de los miembros de esta iglesia están integrados en
este sistema.
Sí claro, Corea está muy lejos, y hacer
frente a más de medio millón de miembros con eficacia no es nuestro problema
aquí. Pero nuestra investigación muestra que el principio en el que se basa
esta iglesia coreana tiene validez universal. Los grupos pequeños no son un
bonito pasatiempo del que se pueda prescindir. Lo que se desarrolla en los
grupos pequeños es la esencia misma de la verdadera vida de la iglesia de
Jesucristo.
Característica 7: Evangelismo según las necesidades
No requiere un proyecto de investigación a
escala mundial el convencer a la gente de que el crecimiento de la iglesia es
inconcebible sin evangelismo. ¿De qué otra forma va a crecer la iglesia si no
es a través del proceso de compartir el evangelio para atraer cada vez a más
personas a la iglesia de Jesucristo? Este proceso generalmente recibe el nombre
de «evangelismo».
Así que la pregunta interesante no es si
el evangelismo es necesario, sino si se puede demostrar que su práctica
contribuye al crecimiento de la iglesia. Hay gente que piensa que el
evangelismo funciona mejor cuando se presiona a las personas a entregar su vida
a Jesucristo. ¡Ellos ni siquiera descartan
usar métodos manipuladores para alcanzar este objetivo! Con razón, muchos de
nosotros sentimos una extraña sensación en el estómago cuando oímos la palabra
«evangelismo».
Pero se puede demostrar que los métodos
manipuladores «agresivos» representan justo lo contrario de la práctica que
aprendemos de las iglesias que crecen. Su secreto es que comparten el evangelio
de una forma que responde a las verdaderas preguntas y necesidades de los no
creyentes.
Característica 8: Relaciones afectivas
No sé lo que usted piensa del término
«coeficiente afectivo», pero una cosa está clara. Las iglesias en crecimiento
manifiestan un «coeficiente afectivo» perceptiblemente más alto que las que están
estancadas o en decrecimiento.
Por ejemplo, preguntamos cuánto tiempo
pasan unos miembros con otros fuera de las actividades de la iglesia. ¿Con
cuánta frecuencia se invitan unos a otros a comer o a tomar un café? ¿Qué
generosidad muestra la iglesia a la hora de hacer elogios? ¿Cuánto se ríe en la
iglesia? ¿Cuáles fueron los resultados?
Todos estos puntos y bastantes más guardan
una estrecha correlación con el crecimiento de la iglesia.
¿Le asombra esto? El amor sincero y
práctico dota a una iglesia de un poder magnético mucho mayor que el de todos
los esfuerzos de marketing del mundo entero. En el mejor de los casos,
promocionar a las iglesias con técnicas de marketing se puede comparar a las
flores artificiales. Éstas pueden parecer engañosamente reales, pero no tienen
olor. Sin embargo, el amor auténtico esparce esa misteriosa fragancia que pocos
pueden resistir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario